— ¡¿Eh?! —
Mientras Cayna dejaba que aquella impactante verdad se hiciera sentir, se percató de que el cielo había empezado a tomar un tono anaranjado, y sorprendida por haber perdido casi medio día, se convenció a la fuerza de que cualquiera en la misma posición sería destrozado.
No le vinieron nombres a la mente, pero simplemente desterró eso hasta lo más profundo de sus pensamientos y fingió que nunca había sucedido.
Se podría decir que simplemente se negó a aceptar la realidad.
Los edificios no tenían ventanas de vidrio, así que los postigos cerrados rápidamente sumieron la habitación en la oscuridad, entonces, las abrió a medias y dejó entrar algo de la luz naranja del sol poniente.
Después, echó otro vistazo a la habitación y se encontró con una lámpara en la pared.
— Ah, claro. Aquí usan linternas, ¿no es así…? —
Cayna nunca había tomado un curso de supervivencia o incluso dormido al aire libre, así que no tenía idea de cómo encender la linterna en su habitación.
Naturalmente, ahí fue donde la magia resultó útil.
Los hechizos de Luz era una habilidad obtenida a través de búsquedas relativamente fáciles y esencial para cualquiera que se especializara en el rastreo de mazmorras. Sin él, todo lo que se tenía a disposición eran linternas increíblemente delicadas, artículos inconvenientes que consumían combustible, que proporcionaban poca luz, y tenían que ser apagadas en caso de emergencia para tener una mano libre, por lo cual solo los principiantes las utilizaban.
La magia, por otro lado, tenía muchos usos: Algunos hacían armas y armaduras, mientras que otros hacían objetos mágicos para su equipo. Incluso unos cuantos se divertían con ella y vendían artículos de broma con descripciones graciosas.
Ser emprendedor y tomar en serio tu papel como clase de apoyo estaba muy bien, pero siempre había algunos ineptos que preferían saltarse la batalla e iluminarse con todos los colores del arco iris.
— ¡Inclínense, tontos! —
— ¡Gaaah, estoy ciegoooo! —
— Tu aureola… ¡Es tan brillante! —
— ¿Dejamos a esos idiotas atrás? —
— Suena bien. —
— ¡¡No se vayan!! —
Recordar esa conversación la hizo sentir como si hubiera sucedido ayer mismo, lo que trajo una sonrisa al rostro de Cayna.
Hubo momentos en que esa nostalgia le hizo llorar, pero sacudió la cabeza y se recompuso.
No era como si quisiera olvidar, simplemente dejaba esos recuerdos a un lado buscando alegrías similares que estaban por venir.
Primero, probaría si la magia era factible en este mundo.
Mientras centraba toda su atención en la linterna, evocó un hechizo de su arsenal de habilidades mentales.
— Habilidad Mágica: Luz Blanca adicional Nivel 1: Luz: Listo… ¡Activar! —
— ¡¿ - ?! —
Cayna se sintió aliviada al descubrir que podía hacer hechizos en el juego como siempre lo había hecho, pero lo que no la tranquilizó fue el pequeño grito que vino detrás la puerta ligeramente entreabierta de su ahora bien iluminada habitación.
Lytt, la niña de la posada, miraba tímidamente a través de la grieta de la puerta y se asustó al ver el brillante farol de pared.
Perpleja por su reacción, una curiosa Cayna se acercó a ella.
— ¿Qué pasa, Lytt? —
— Um… ¿Es seguro? —
Al darse cuenta de que la luz la había asustado, Cayna agitó la mano con desdén para asegurarle a su visitante que no era peligroso.
— Oh, ¿esto? Es sólo una luz; no explotará ni hará daño a nadie. No hay nada de qué preocuparse. —
Al escuchar esto, Lytt entró lentamente, pero se aferró a la pared sin intención de seguir adelante.
“¿Podría ser que los aldeanos normales rara vez ven la magia?”; Cayna pensó mientras inclinaba su cabeza.
— Lytt, ¿es la primera vez que ves magia? —
El pequeño asentimiento de la chica lo confirmó.
También se dio cuenta de por qué Lytt había venido en primer lugar.
El plato en su mano tenía una mecha sumergida en grasa animal con una llama ardiendo en un extremo como una vela. Encender todas las linternas de las habitaciones de huéspedes debe haber sido parte de los deberes de Lytt.
— …Oh no, ¿interferí con tus tareas, Lytt? —
— N-no, uh… Ahora es más brillante. ¡Es increíble, señorita! —
— O-oh, bueno… Me alegra que lo hayas disfrutado al menos. —
Ambas se miraron y sonrieron.
Lytt tenía un visible tic en su mejilla, pero señalarlo sería insensible, además, hacía tiempo que no se relacionaba con nadie más que con su prima, y eso llenó el corazón de Cayna con calidez.
Aun así, nuevas dudas se acumulaban en su interior mientras se preguntaba qué había pasado con los jugadores que una vez recorrieron este continente.
Si hubiese habido algún tipo de anuncio de los administradores como: “Hey, a partir de mañana, este mundo será doscientos años en el futuro!”, No era difícil imaginar que la opinión de la mayoría sería:
“¡Que los jodan!” Después de todo, el evento de la batalla entre las siete naciones fue innegablemente una gran parte de la popularidad de Leadale.
— Creo que voy a estirar un poco las piernas y me dirigiré a la torre mañana… ¿Hmm? —
Mientras formulaba un plan, sintió un repentino tirón en la manga de su bata y vio a Lytt acercarse.
— También vine a decirte que la cena está lista. —
— Oh, siento haberte retrasado. —
— Está bien. Después de todo, usted es la única invitada aquí, señorita. —
Cayna estaba luchando con pensamientos tales como: "Este lugar está realmente en problemas” y: “¿La hija de la posadera debería estar diciéndome esto?", cuando sintió que Lytt le tiraba de la mano. Resultó que Lytt había terminado de cerrar y trabar las ventanas de los postigos mientras ella estaba ocupada preocupándose.
Entonces comenzó a llevar a por las escaleras.
A diferencia de esa mañana, Cayna podía escuchar el parloteo apagado que venía de abajo. Los aldeanos probablemente vinieron aquí por la noche para relajarse y tranquilizarse.
Cuando se asomó al comedor desde las escaleras, vio que una docena de hombres de diferentes edades habían ocupado los asientos. Estaban bebiendo, comiendo y conversando alegremente.
Aparentemente, un huésped en la posada era realmente una rara ocasión.
Sintiendo las miradas de los aldeanos, cruzó la taberna y se sentó en el mismo lugar del mostrador donde había tomado su desayuno por la mañana.
Sin perder un instante, Marelle puso su cena delante de ella.
— Perdón por el ruido. No te preocupes, estos tipos no harían daño a una mosca" — Le dijo Marelle con una sonrisa jovial.
Sin embargo, inmediatamente empezaron a surgir objeciones a su alrededor.
— ¡Eso es cruel, señora! —
— ¡Sí, le traemos un montón de clientes, ya sabe! —
— Mejor que tenga cuidado, señorita. Puede que ahora no lo parezca, pero en su época de gloria, este sujeto fue el más valiente del pueblo… ¡Guh! —
Este último comentario le valió al orador una bandeja en la cara de la propia Marelle.
Una fuerza como esa significaba que probablemente sería muy buena con un Frisbee.
Derribado de su asiento, la cabeza del aldeano que había sido golpeado con fuerza se echó hacia atrás.
Naturalmente, este repentino acto cómico dejó a Cayna en un estado de shock, pero el comedor (o como era de noche, tal vez el bar era más apropiado) rugió con las risas de los aldeanos.
— Cómetelo mientras esté caliente. La cocina de mi madre es la mejor. —
— Oh, lo haré. Muchas gracias… ¿Eh? —
Cayna ladeó la cabeza a la versión más joven y delgada de Marelle que ahora alababa el plato aún humeante.
Su expresión debe haber sido, obviamente, de no recordar haberla visto por la mañana, ya que la chica sonrió irónicamente y comenzó a presentarse.
— Soy Luine, la hija mayor de esta posada. Ya estoy casada, así que sólo vengo por la noche para ayudar. ¿Es usted uno de nuestros raros huéspedes de larga duración? —
— Sí, me llamo Cayna. Es un placer conocerla. —
— ¡Vaya, esa no es forma de que un huésped hable con el personal! ¿De dónde es, señorita? —
Cayna no pensó que había dicho algo especialmente educado y se encontró sin palabras.
Había pertenecido a la clase alta cuando era humana, pero los buenos modales se le habían escapado después de la muerte de sus padres.
Además, su personalidad había cambiado bastante desde que empezó a interactuar con otras personas en el juego, aunque no se había dado cuenta de esto, su prima se lo había reprochado en numerosas ocasiones.
La propietaria, Marelle, le ayudó a salir del apuro en el que se encontraba al intervenir.
— ¡Vamos, Luine! No molestes a los clientes habituales. Se ha trabajado mucho en esa comida, y vas a dejar que se enfríe. Si tienes tiempo para parlotear, entonces al menos lleva una o dos bebidas. —
— Vale, vale, ya voy. Honestamente, mamá, un minuto o dos no van a hacer daño a nadie… —
Cayna vio a Luine murmurar mientras volvía a sus deberes de camarera, y luego miró ansiosamente a Marelle detrás del mostrador.
Aunque parecía que había regañado a su hija con dureza, la propietaria no estaba para nada enfadada. Luego, se volvió hacia Cayna con buen humor.
— Si quieres hablar con mi hija, asegúrate de comer eso primero. —
— Lo haré, gracias. —
El menú incluía la sopa de esa mañana mezclada con una pequeña porción de carne y vegetales para un sabor más exquisito, así como un pequeño plato de ensalada. Al igual que en el desayuno, Cayna era toda sonrisas de principio a fin, alabando constantemente su delicioso sabor, por lo que Marelle le dio gustosamente una porción tras otra.
Unas horas más tarde, cuando era obvio que los aldeanos estaban completamente exhaustos… Luine se sentó junto a Cayna, y comenzaron a charlar como si fueran viejas amigas.
Cayna era la que más hablaba y el apuro de los pedidos había amainado, así que Luine pareció usar este tiempo para escapar temporalmente de sus deberes como camarera.
Había mucho tiempo libre hasta el cierre.
— Vaya, ¿usted solía quedarse aquí hace doscientos años? —
— Esta era una ciudad comercial fronteriza en ese entonces. Era un lugar bullicioso lleno de carruajes, gente y posadas. —
Cayna era en realidad un desastre en su interior.
Después de todo, Luine le había rogado repentinamente que hablara de la vida hace doscientos años, pero incluso si le hubiera preguntado a Cayna sobre los últimos días, habría estado tan confusa en los detalles como si le hubieran dicho que describiera una foto que sólo había visto una vez.
Se sentía mal porque la mayoría de lo que le dijo a Luine era una combinación de mentiras y conjeturas.
— Oye, me pregunto si alguna vez conociste a la bisabuela. Dicen que era muy hermosa en su época. —
— Um, no estoy segura de si lo hice… —
Era impresionante que la gente siguiera hablando de la belleza de aquella bisabuela doscientos años después. De hecho, Cayna estaba más intrigada por el hecho de que tal NPC siquiera existiera.
— Entonces, ¿por qué viniste a un lugar tan apartado como este en primer lugar? —
— Ah, bueno, um, estoy buscando algo… —
— ¿Buscando algo? — Marelle le preguntó a Cayna cuando pasó detrás de ella con un puñado de jarras de cerveza.
Cayna no quiso responder tan bruscamente, ni siquiera sabía lo que estaba buscando.
Lytt escuchó atentamente mientras llevaba una bandeja e inclinaba la cabeza cortésmente y Cayna no pudo evitar darle una palmadita en la cabeza, entonces la niña la miró con dulzura.
Ella había dicho que estaba buscando algo, pero era más bien un lugar, una instalación, para ser exactos.
De acuerdo con su apoyo IA, Kee, Cayna estaba desconectada del sistema maestro y ya no podía acceder a los servicios de localización como el Mapa del Mundo.
En otras palabras, estaba más que perdida; estaba a merced del mundo mismo.
Quería saber la ubicación de la base de su torre y cuán lejos estaba de esta aldea, sin embargo, pensó que era mejor quedarse ahí por el momento hasta que estuviera más familiarizada con el terreno.
No era como si hubiera algún problema con su anillo, de todas formas, la llevaría directamente a la torre. Sin embargo, no tendría más remedio que atravesar el bosque circundante si quería volver a la aldea.
Inicialmente, Cayna pensó que tal vez podría usar el Vuelo para elevarse por encima de los árboles, pero basado en la reacción de Lytt a su anterior hechizo, se dio cuenta de que estaba mezclando sus prioridades. Los aldeanos probablemente la confundirían con un monstruo y terminarían estresándose innecesariamente.
Necesitaba la tranquilidad de saber que no estaba interrumpiendo la vida pacífica de la gente.
— ¿Qué estás buscando de todos modos? Estaría encantada de ayudar si puedo. — Ofreció Marelle.
— Um, bueno, es una torre de plata en medio de un bosque. —
— ¡¿ - ?! —
Su honesta respuesta dejó sin palabras a la vieja Marelle y a su hija mayor, Luine.
Sus rostros expresaban shock, pero sus ojos tenían un miedo evidente.
— P-pero, ¿por qué querrías ir a un lugar tan aterrador como ese? —
— ¡De-deberías dejarlo! ¡¿Quién sabe lo que encontrarás?! —
Sus voces temblorosas indicaban un miedo definido al lugar, y basado en sus advertencias, estaba claro que estaban preocupadas por ella.
Sin embargo, y sin saberlo, esas preocupaciones se dirigían a la propia dueña de la torre de plata.
Cayna no podía adivinar qué era lo que impulsaba su terror, y su mente estaba llena de preguntas como: “¿Eh? ¿Qué? ¿Un dragón o algo así decidió mudarse después de haber estado abandonado durante doscientos años?”
Los dragones eran un monstruo popular por excelencia, pero en un VRMMO como Leadale, los dragones no eran monstruos del tipo activo que vagaban abiertamente por los campos.
Los monstruos básicos de tipo dragón podían ser convocados usando Magia Invocadora. La mayoría se encontraban en lugares como las mazmorras de los jugadores y los gremios, donde generalmente se usaban como dragones guardianes en lugar de perros guardianes.
En otras palabras, si querías pelear con un dragón fuera de la torre de alguien más, tenías que conseguir que un jugador con Magia de Invocación y un hechizo de dragón para hacerlo por ti.
Así que no podía descartar que alguien decidiera ocupar la torre vacía y usarla como su base.
Sin embargo, las siguientes palabras de Luine revirtieron esa preocupación.
… Y no en el buen sentido.
— ¡La leyenda dice que la temible bruja del anillo de plata vive ahí! —
* ¡¡THUNK!! *
Fue el turno de Marelle y sus hijas de verse desconcertadas.
Cayna había golpeado su frente contra el mostrador como si se hubiera desmayado de repente, por lo que la miraron fijamente durante algún tiempo, pero sólo se movió ligeramente sin dar señales de incorporarse.
Preocupada de que su huésped pudiera caer con algo, Lytt tiró de la manga de la bata de Cayna. Mientras lo hacía, Cayna no sólo se sentó, sino que se levantó de la silla por completo.
— ¿Estás bien? … ¿Te sientes un poco mal? — preguntó Marelle.
— ¡¡Síestoyperfectamentesanaysinproblemasparapasarunabuenanoche!!
Las tres damas observaron a Cayna balbucear una rápida excusa y subir las escaleras a toda velocidad.
— Me pregunto qué pasa. — dijo Lytt.
— ¿Algún trauma relacionado con la Bruja del Anillo de Plata, tal vez? — Sugirió Luine.
— Podría haberme engañado… Bueno, ¿qué se puede hacer? Dejémoslo por hoy. —
La palabra de Marelle era ley y las chicas empezaron a limpiar, por lo que rápidamente se olvidaron del extraño comportamiento de Cayna.
Mientras tanto, en su cuarto, Cayna se tumbó en la cama con la manta sobre su cabeza y tembló en agonía.
— ¡No puedo creer que eso perdurara doscientos años en el futuro! Esto es tan vergonzoso… —
Además, no pudo evitar pensar que era un acto malvado perfectamente cronometrado que alguien había hecho sólo para humillarla.
La "Bruja del Anillo de Plata" era el infame alias de Cayna.
Como premio adicional por ganar el título de Maestro de Habilidades, los jugadores recibían un artefacto de su elección. Por supuesto, había algunos límites a lo poderoso que podía ser, pero el equipo único dado era nada menos que extraordinario.
Cayna había solicitado un objeto que aumentara sus estadísticas mágicas y le proporcionara una barrera mágica constante, por lo que dejó el diseño a los administradores, y se les ocurrió un anillo gigante de plata que flotaba alrededor del usuario.
Hacerlo parecer un anillo de Saturno plateado estaba bien, pero…
Cuando Cayna lo equipó, la magia flotante se activaba por sí misma, y todos los jugadores aliados que luchaban por primera vez en la Batalla de las Siete Naciones la veían como una Gran Jefe, justo como si estuvieran en una especie de juego FPS.
Sin embargo, su apariencia actual y la forma en que la gente la veía ahora no marcaba ninguna diferencia. Sus características raciales ya eran muy elevadas, y tenía muchas habilidades que le permitían mejorar sus estadísticas, exclusivas de un Maestro de Habilidades. Además, gracias a los efectos de sinergia que rompían los niveles, el valor de la Magia de Ataque de Cayna estaba muy por encima del de otros jugadores.
El Anillo de Plata les dio más poder y su súper magia lo hizo todo, pero los jugadores enemigos temblaban de miedo, por lo que de esa manera surgió su famoso apodo.
Era una oscura mancha en su historia que deseaba sellar, pero parecía haberse convertido en leyenda incluso después de haber viajado por los mundos y el espacio-tiempo…
Como dice el refrán: “Cualquiera puede iniciar un rumor, pero nadie puede detenerlo.”
Aunque temblaba de vergüenza, Cayna sacudió la cabeza para ahuyentar esos pensamientos negativos y cambió a otra cosa. Aún no había podido preguntar dónde estaba la torre, así que juró intentarlo la siguiente mañana.
Aun así, el hecho de que su apodo no se hubiera desvanecido en la historia era una prueba de que los jugadores habían existido en el pasado. En cuanto a los que aún podrían quedar, además de ella, los humanos y los gatos monteses sólo tenían una vida de unos doscientos años.
Sin embargo, seguramente había un número de enanos y elfos todavía por ahí, con los que se podría encontrar potencialmente.
— No tiene sentido insistir en ello. No puedo confirmar nada y no veo el final a la vista, así que mejor me detengo ahora… —
Su mente daba vueltas en círculos, y como no tenía a nadie con quien hablar, decidió dejar el tema en suspenso hasta que pudiera conocer a un compañero de vida mutua.
Cayna cerró la puerta con llave y, al no tener nada mejor que hacer, trató de dormir.
Aún era demasiado temprano para la hora de dormir, y ese mundo estaba lleno de fascinación sin fin para alguien como Keina, que creció en una civilización basada en la ciencia, el propio Leadale siempre había sido una continua fuente de placer.
Pero, la luz plantearía problemas una vez que fuera hora de dormir, debido a que la linterna alimentada mágicamente, brilló con fuerza e iluminó cada rincón de la habitación.
El hechizo de luz que había lanzado duraría aproximadamente otras seis horas.
Los jugadores usaban el hechizo durante las mazmorras o similares, y cuando se terminaba, era una señal para concluir las cosas. Cuando los miembros del grupo llegaban a un buen punto de descanso, era muy común que todos llevaran su luz de vuelta al exterior y la dejaran allí.
Como Cayna estaba tratando de cerrar los ojos y necesitaba oscuridad, lanzó el hechizo Luz Negra de Nivel 2, encontrando alivio en la habitación repleta de oscuridad, para luego se deslizarse bajo las mantas.
— Se terminará antes de la mañana de todos modos. —
Cayna pensó que no necesitaba una armadura para dormir, pero tampoco tenía un pijama, sólo se quitó el protector de brazo y lo puso en la caja de objetos.
Marelle había dicho que cosas como el baño eran un lujo, así que se limpió con el hechizo Pureza y se fue a dormir.
⚝ ⚝ ⚝
Las primeras horas de la madrugada, y mientras el pueblo dormía profundamente, dos sombras se proyectaban detrás de los edificios.
— No lo sé, Zena. He oído que es una aventurera. Acercarse sigilosamente a ella parece una locura. —
— Idiota, ¿qué va a hacer una niña como esa? Es un blanco fácil para tipos como nosotros. —
Zena y Lyle eran los inadaptados del pueblo a quienes los lugareños llamaban punks y ladrones cuando solían verlos.
El objetivo de este par era el gran bolso que habían visto a Cayna cargar esa tarde.
No parecía más que una aventurera novata, así que cualquiera que la conociera por primera vez tendía a subestimarla.
Poco se dieron cuenta de que su inocuo cuerpo albergaba a un ser trascendente de una época pasada. Para decirlo sin rodeos, su imprudente esfuerzo era como un ratón desafiando a un monstruo. Aun así, los dos rufianes carecían de la perspicacia o la capacidad para darse cuenta de eso.
Robaron una escalera de un granero vecino y la colocaron contra el techo que los llevaría a la ventana de la habitación de Cayna. Ambos subieron silenciosamente, después Lyle insertó una fina placa de oro en el hueco de los postigos y abrió el pestillo interior de la ventana.
Tan pronto como terminó el delicado trabajo, una oscuridad total emanó de la ventana abierta, por lo que Lyle dio un lamentable grito y cayó de espaldas.
Naturalmente, no había nada que lo sostuviera, y un doloroso golpe interrumpió el silencio mientras caía al suelo.
El golpe le había quitado el aliento, al punto de que ni siquiera podía responder a las preguntas de su compañero.
— ¿Qué demonios estás haciendo? … Oye, ¿qué es eso? —
La oscuridad que irradiaba de la habitación y que empezaba a filtrarse hacia el exterior era un espeluznante espectáculo a la luz de la luna.
Zena dudó por un momento, pero su codicia era mayor que su miedo.
Se adentró en la penumbra… Todo sin notar que la magia comenzaba a surgir inmediatamente en su interior.
El equipo de Cayna estaba repleto de una gran cantidad de objetos EX que le daban habilidades adicionales y efectos especiales. Entre ellos se encontraba un brazalete de plata en su brazo derecho que podía invocar automáticamente al monstruo activo: “Espíritu del Relámpago” de Nivel 3.
Originalmente estaba destinado a ser utilizado cuando el jugador se encontraba fuera y se ganó el apodo de "Bloqueador de perversos".
Tenía esto por un par de razones: A veces los administradores, por capricho, organizaban eventos en los que los monstruos atacaban todos los pueblos. Otras veces, la gente hacía travesuras como garabatear a los jugadores que tenían su estado en ausente. Una prueba más de que su seguridad no estaba garantizada ni siquiera dentro de las ciudades.
En ese momento, el hechizo identificó a los ladrones como una amenaza e invocó instantáneamente a un Espíritu del Relámpago cuyo nivel de amenaza estaba en algún lugar del rango de 330 (calculado multiplicando el nivel más alto del lanzador y el nivel del hechizo de Invocación por un 10%), por lo que se necesitaría de cuatro jugadores con un nivel 330 para manejar algo así.
Los dentados cuadros 3D convergieron frente a Zena y se materializaron con una chispa eléctrica para formar la silueta de un león, mientras la ola de réplicas eléctricas golpeó al intruso, que cayó de espaldas con un grito.
Después, el león lo persiguió hábilmente.
Zena cayó y se movió espasmódicamente frente a Lyle, que finalmente se había recuperado. El león eléctrico, que era casi el doble de grande que un oso, pronto los alcanzó, por lo que ambos rufianes nerviosos estimularon sus cuerpos adoloridos y se escaparon.
La invocación los persiguió por toda la aldea y sólo volvió al lado de Cayna una vez que se encontraron fuera de su perímetro, así, utilizó hábilmente sus patas delanteras para cerrar la ventana que había quedado abierta de par en par antes de situarse en el centro de la habitación.
El poder mágico que había estado circulando mientras el hechizo de oscuridad estaba activo se había agotado y ahora se había disipado.
Por supuesto, Cayna no tenía idea de tolo lo que había sucedido durante la noche, y para cuando los rayos de la mañana atravesaron el hueco de su ventana, se despertó con energía y lista para asumir el día.
Kee, que observaba desde fuera día y noche, sabía todo sobre el incidente, pero había determinado intencionalmente que no era importante, y decidió permanecer oculto en la oscuridad.
— Vaya, sí que sienta bien estar fuera. —
Cayna abrió su ventana para dejar entrar el aire fresco y el verde aroma del exterior. La visión que la Madre Naturaleza realizó poco después de este nuevo amanecer conmovió su corazón.
De alguna manera, le recordó el espectáculo que había visto en una ocasión donde fue a escalar montañas con sus padres, esto cuando era niña. Hundida el recuerdo, las lágrimas comenzaron a brotar en sus ojos.
Miró fijamente el maravilloso paisaje durante un largo tiempo sin aburrirse en lo más mínimo, pero notó algo destellando por el rabillo de su ojo.
Entonces, giró a la derecha y usó el Ojo de Águila para ampliarlo.
— … Ah, ahí está. —
Aunque sólo la mitad superior era visible desde el pueblo, una torre de plata se erigía claramente al pie de la cordillera a su derecha.
— Supongo que esa es nuestra misión hoy, ¿eh? — dijo con una risa silenciosa.
En aquel momento, llamaron a la puerta y ella dejó la ventana para contestar.
⚝ ⚝ ⚝
— Apenas si tienes equipo. ¿Estás segura de que vas a estar bien? —
— No hay necesidad de preocuparse. Incluso con esto, soy bastante capaz por cuenta propia. —
Delante de la posada, Cayna estaba en un tira y afloja verbal mientras Marelle se preocupaba por la chica que salía del pueblo.
Todo comenzó con su falta de algo más allá del equipo básico, pues ni siquiera tenía una bolsa de herramientas, pero no podía decir exactamente que tenía una caja de artículos en otra dimensión que albergaba grandes almacenes de mercancías, y no sabía cómo liberarse de este aprieto.
La ayuda llegó de una fuente muy inesperada.
— ¡Bueno, entonces, señorita, al menos podría tomar esto! —
— ¿Eh? ¿Lytt? —
La pequeña le ofreció una cantimplora de cuero, e incapaz de negarse a esos ojos que nadaban con profunda preocupación, Cayna la aceptó con una brillante sonrisa.
— Gracias, Lytt. Estaría feliz de tomarla prestada por un tiempo. Así que me aseguraré de traerte un regalo, espéralo con ansia. —
— Cuídese, señorita. —
— Ahh… Honestamente… Escucha, Cayna. Mi marido viene a cenar esta noche, así que asegúrate de estar de vuelta para entonces. —
— Lo haré, Marelle. —
Madre e hija la acompañaron a la entrada del pueblo y la vieron saludar alegremente por el camino principal.
Finalmente desapareció de la vista, y volvieron por donde llegaron.
Considerando que Cayna les había dicho el día anterior que buscaba la torre de plata, no habría tenido sentido que anunciara de repente a la mañana siguiente que iba a recoger hierbas medicinales en su lugar.
Marelle se había enterado por Lytt de que Cayna podía usar la magia, así que pensó que su huésped no correría mucho peligro mientras no se encontrara con demasiados monstruos.
Dadas las especificaciones básicas de Cayna, los monstruos de esta zona eran, de lejos, los que estaban en verdadero peligro.
… No es que Marelle tuviera alguna forma de saberlo.
— Me pregunto si estoy lo suficientemente lejos. —
Después de caminar por la ruta principal durante algún tiempo, comprobó si el pueblo se encontraba fuera de la vista y giró por un camino lateral que conducía al bosque.
Salió a una pradera abierta como si de alguna manera la guiaran hasta allí.
A lo largo del camino, había escuchado extraños susurros sobre los que se dijo a sí misma innumerables veces que estaban en su cabeza. Esto se debía seguramente a la gran afinidad natural de los elfos con los árboles y la flora, lo que hacía que algunas habilidades artesanales fueran bastante difíciles.
Después de comprobar que no había nadie alrededor, sólo para estar segura, levantó su Anillo Guardian y recitó el código secreto.
Este código era un hechizo que los Maestros de Habilidades habían ideado juntos, y funcionaba para todos los anillos, por lo que Cayna no quería que nadie de la aldea la escuchara.
Fue en ese momento cuando captó más claramente la frase: "Labios sueltos hunden los barcos".
— ¡Aquel que protege en tiempos de problemas! ¡Te suplico que rescates a este mundo perverso del caos! —
Al terminar su canto, un destello plateado comenzó a danzar alrededor de Cayna.
Incontables bandas de luz se elevaron por debajo de ella y crearon un brillante cilindro de plata que la envolvió como un capullo. En lo alto, los rayos restantes se unieron en un complejo patrón para formar un círculo mágico como un mandala.
Era una reminiscencia de un campo de hielo rebosante de polvo de plata que revoloteaba como la nieve y era tan deslumbrante como un espectáculo de hielo.
Cada Anillo Guardián tenía su propio efecto único, este era el de Cayna.
El maestro del Palacio del Rey Dragón, por ejemplo, aparentemente se vería rodeado por una impresionante cascada.
— ¿Tiene que ser esta fantasía sin sentido cada vez que…? —
Un espacio negro se abrió en el centro del mandala en lo alto y se acercó a ella con cada giro del círculo mágico.
Tragada junto con el velo cilíndrico, pasó a través de una oscuridad momentánea antes de encontrarse en una habitación de piedra completamente ordinaria.
Dio un gran suspiro y dejó caer sus hombros, luego dirigió su anillo hacia la pared justo delante de ella.
Después de un profuso retumbar y crujir, la pared de piedra se partió por la mitad y se abrió. Delante de ella se extendía un pasillo de piedra liso y sin adornos.
— ¿Por qué se ve tan aburrido aquí abajo? Supongo que incluso Opus tiene la habilidad de ser un artista… Se bloquean a veces… —
La puerta detrás de ella se cerró nuevamente.
Ahora se encontraba encerrada, y las líneas del muro de piedra encajaban tan bien, que era como si la puerta no hubiera existido en absoluto.
A la derecha estaba el conjunto de escaleras que servía como el pasaje principal de la torre. La torre en sí misma medía unos doscientos metros, pero una vez que la gente empezaba a subirla, las escaleras comenzaban a girar hasta parecer dar vueltas sin fin. Esta escalera se detenía a ciertos intervalos, tentando a los visitantes a llegar a la cima.
Una fórmula que anulaba toda la magia se había inscrito en las escaleras de todos los pisos excepto en el de arriba para evitar que los jugadores usaran un hechizo de huida para alcanzar la cima.
Era una clase de trampa que cruelmente transportaba fuera de la torre a cualquier jugador que dejara de caminar.
Esta era la torre de plata de la maestra Cayna. Un jugador solo podía completar la prueba alcanzando la cima después de escalar durante veinticuatro horas sin descanso.
Si no lo hacía, se le dejaba caer fuera y tenía que volver a empezar.
A la izquierda había un gran salón de recepción donde saludaba a los visitantes y mientras se dirigía a ese sitio, una veranda de estilo barroco y un gran cielo azul se extendía ante ella, puesto que parecía estar construida como un tipo de escenario abierto.
En realidad, se suponía que estaba cerrado por gruesas paredes y cubierto con un techo para evitar el viento y la lluvia, mientras que la única pared de ladrillo que quedaba contenía un mural.
Un sol, de aspecto torpe, se dibujaba de forma bastante tosca, los ojos que uno podría esperar que estuvieran tallados en su lugar giraban y percibían cada movimiento de Cayna.
— ¡Hey, hey, hey! Cuánto tiempo sin vernos, Maestra. ¿Qué te trae por aquí después de abandonar mi magnificencia durante doscientos años? —
— … Ahh… Parece que ahora tienes una boca… —
Al igual que los NPC, los Guardianes que manejaban las torres en el juego sólo debían atenerse al guion… Nunca esperó que pudiera cambiar su mentalidad, e incluso su personalidad para transformarse en este personaje punk delincuente.
De cualquier manera, se quedó sin palabras.
— ¿Alguien pasó la prueba mientras yo no estaba? —
— No. Por aquí no hay nada más que paz y tranquilidad. Estoy tan aburrido que creo que voy a vomitar. —
Cayna se preguntaba a qué venia esa actitud, pues este Guardián no podía moverse en primer lugar, por lo que, ¿qué se supone podría hacer para pasar el tiempo?
— Oh, sí. Ese tipo Skargo pasó por aquí hace unos sesenta años. Quería hablar con usted, maestra, pero decidió ignorar todas mis llamadas. Um, ¿hola? —
— Uh, sobre eso... estaba algo ocupada… —
Cada vez que llegaba un visitante, los Guardianes podían contactar con sus maestros a través de los anillos para informarles, ya que Cayna podía salir de la torre para dar un paseo cuando lo deseara.
Ella misma no recordaba lo que había pasado hace sesenta años, y mucho menos doscientos, e intentaba mantener sus respuestas vagas.
— … ¡Hey! —
— ¿Hmm? ¿Qué pasa? —
— Ese tipo Skargo estuvo aquí. ¿Me escuchó? —
— Sí, te he escuchado… ¿Quién es Skargo? —
— ¡¿QUÉ?! —
— ¿Eh? ¿Uh? ¿Qué…? —
Si este Guardián tuviera brazos y cuerpo, se habría dado un golpe en la frente., pero suspiró exasperadamente y no dijo nada en particular
— La vieja bruja finalmente se ha vuelto senil... —
— ¿Perdón? ¿Qué acaba de ser eso? —
La palabra "bruja" no escapó a su atención, y Cayna inmediatamente sacó un bastón de su caja de artículos.
De dos metros de altura, estaba compuesto por tres dragones intrincadamente retorcidos que miraban en tres direcciones diferentes. Cada una de sus fauces abiertas tenía una joya: roja, azul y dorada, respectivamente. Era un artículo raro conocido como el Bastón del Arco, una pieza atroz de equipo que podía hacer llover el nivel más alto de Llama, Escarcha o Magia de Relámpago de un solo golpe.
Sin embargo, sólo se podía usar una vez al día.
— Eh, oye, Maestra… ¿Qué haces con ese bastón? —
— Estaba pensando que, tal vez podría usarlo para poner en forma a mi malhablado Guardián. O mejor aún, ¿por qué no te congelo durante... los próximos doscientos años? —
— Mi error. Perdóneme, Maestra. —
No fue la disculpa más sincera, pero Cayna decidió dejarlo pasar y guardar el bastón. Además, como toda la torre estaba equipada con artefactos especiales, no estaba segura de si su magia tendría algún efecto de todos modos.
— … Entonces, ¿quién es Skargo? —
— Vaya, tampoco hay amor por él, ¿eh? Pobre tipo. No intentes olvidar que es tu hijo… ¿Hola? —
— ¿ … ? ¿Qué? ¡¿Mi hijo?! —
El Guardián miró a Cayna y suspiró con un: "Vamos, ¿en serio?", mientras ella soltaba un grito frenético, mientras con su cabeza inclinada cuestionaba y murmuraba:
— Hijo, Skargo, hijo, Skargo. —
Como si pudiera tocar un acorde, se quedó perdida en sus pensamientos por un tiempo.
— Oh... ¡¡Ohhhhhh!! —
Diez minutos más tarde, pareció darse cuenta de algo y apoyó su puño contra la palma de su mano gritando.
— ¡El Sistema de Crianza! ¡Ahora lo recuerdo! —
— … ¿Qué demonios estás haciendo? —
Los administradores lo llamaron oficialmente: “Programa de Compensación de NPC”, mientras que los jugadores lo conocían como el Sistema de Crianza.
Fue una petición ridícula y sin precedentes de los primeros diseñadores que pasó a través de los administradores que básicamente se redujo en reintegrar a personajes como NPC y esto se convirtió en una molestia.
Este sistema ofrecía reclutar a los sub-personajes de los jugadores como NPC.
Leadale incluía una característica en la que, por una pequeña cuota, se podían crear hasta dos personajes.
La mayoría de los jugadores los trataban como si fuesen mulas, pues a estos sub-personajes se les asignaban objetos que no se usaban a menudo pero que eran demasiado valiosos para deshacerse de ellos. Una vez que se adquiría una base propia para usarla como almacén, estos personajes se reducían a nada más que lamentables fantasmas olvidados.
El Sistema de Crianza era un esquema para que los administradores compraran estos sub-personajes e integrarlos como NPCs. También había ventajas ya que, si un personaje tenía un conjunto decente de habilidades, podían ser nombrados para un puesto importante, y dependiendo del lugar fueran nombrados, el jugador que contribuyó con el personaje podría recibir la mitad de su salario.
Como resultado, muchos jugadores novatos se registraron en el sistema con la vista puesta en la ganancia monetaria, debido a que estos personajes no desaparecían del perfil del jugador, tanto los novatos como los veteranos utilizaban el sistema para tener un poco de tranquilidad.
Uno de los requisitos era que hubiese alguna conexión entre el personaje participante y su jugador.
De las relaciones que la gente decidía seguir, había naturalmente algunas situaciones atípicas, desde los que se jactaban con: "Mi hermana pequeña conoce ciento ocho técnicas", hasta los que declaraban que los personajes eran sus esposas.
Todos aquellos jugadores que insistían en un " Harem de esclavos definitivo" eran rechazados.
También hubo rumores generalizados de que estos NPC podrían ser utilizados para las misiones en algún momento, pero no fue así.
La realidad, era que los jugadores habían registrado a tantos en nombre del dinero que los administradores no podían manejarlos a todos.
Cayna había registrado un total de tres sub-personajes, dos de los cuales había comprado en el juego. En ese momento, había decidido que los tres serían sus hijos.
Skargo, el mayor de los tres, era un elfo y un sacerdote muy hábil en las artes de la curación. Probablemente se había involucrado en la iglesia.
La siguiente era su hija, Mai-Mai, la hermana menor de Skargo y de igual manera, una elfa. Su especialización en Magia de Ataque le había ayudado a encontrar empleo en el Gremio de Magos del juego.
El más joven de sus hijos, Kartatz, fue "adoptado" incluso en el sentido convencional. Probablemente fue contratado como un hábil artesano enano.
En el mundo de Leadale, los elfos vivían unos quinientos años y los enanos unos trescientos, por lo que pensó que los tres seguían vivos en ese momento.
A cada uno se le había dado una copia inferior del Anillo Guardian, así que Skargo debió pasar por alto la prueba de la torre y acudir directamente al lugar.
— Así que soy una soltera de diecisiete años con hijos de más de doscientos años… —
— ¿Qué? Deje de decir cosas sin sentido. —
El Guardián parecía que quería decir más, pero Cayna no se inmutó y pensando: “Bueno, supongo que mantiene las cosas interesantes, ¿verdad?”, se acercó al borde del escenario.
Cuando colocó su anillo en una cavidad del suelo y lo giró, algo hizo clic, y de repente un sarcófago de piedra lo suficientemente grande como para albergar a un adulto se levantó.
Cada torre estaba equipada con un gran almacén.
Cayna abrió la tapa y revisó el contenido. Podía observar claramente lo que había dentro, aunque parecía demasiado oscuro para verlo. La Ventana de Objetos se abrió a su derecha y mostró una gran cantidad de objetos almacenados a la izquierda.
Esto no era diferente de su experiencia de juego habitual, pero su mente seguía llena de preguntas. De cualquier manera, teorizar no era realmente el fuerte de Cayna.
Una de sus amigas que no era precisamente brillante, había sido especialmente buena en eso, así que no podía evitar sentir que debía dejarlo si alguna vez ocurría de nuevo.
El Guardián le habló mientras repasaba cuidadosamente lo que debía llevar consigo, mientras se preguntaba en silencio si una amiga como este Guardián sería divertida.
— Hey, Maestra. No ha venido sólo a recoger cosas, ¿verdad? —
— Hmm... Lo sabía. Me estoy quedando sin ingredientes vegetales... Bien, entonces tendré que hacer de eso una prioridad. Por cierto, ¿sabes lo que ha estado pasando últimamente? —
— Sí, he oído un montón de cosas por parte de Skargo. Sobre las siete naciones que se convierten en tres y todo eso. —
— ¿Eh? ¿Por qué tengo tantas armas amordazantes? ¿Se las estaba guardando a alguien? Me pregunto qué fue de todos. —
— No tengo idea. La mitad de sus amigos eran humanos, ¿verdad? Deben estar dos metros bajo tierra ahora. —
— Bueno, sí, eso es cierto… —
Cayna buscó en sus reservas por un tiempo, y el sol estaba en su cénit cuando terminó. Cerró la tapa del sarcófago y la empujó de nuevo al suelo.
Posteriormente, se acercó al Guardián del mural, presionó su mano contra la pared y transfirió cerca del 90% de sus MP. Mantener el mundo y las misiones que dentro del mismo era el trabajo de los administradores, pero como Maestro de Habilidades, era su deber cuidar del guardián y de la torre.
Además de muchas otras recompensas, Cayna había adquirido el nivel más alto de MP en la historia de Leadale, así que siempre se aseguró de que el Guardián tuviera un suministro completo de magia. Era por eso que, incluso después de doscientos años, seguía funcionando de alguna manera.
Aun así, cuando lo revisó en ese momento, estaba claramente a punto de agotarse.
Cayna hubiera preferido llenar su reserva, pero incluso con su continuo hechizo de renovación de MP de habilidad Pasiva: Curación MP, hacerlo le llevaría toda la noche.
Había hecho una promesa a Marelle y estaba decidida a volver al pueblo en algún momento del día.
Mientras Cayna consideraba lo que debía hacer, el Guardián habló.
— Hey, Maestra, tengo que pedirle un favor. —
— ¿Hmm? No dices cosas así muy a menudo. ¿Qué ocurre? —
— Al parecer, los otros Guardianes de las otras torres han colapsado. ¿Puedes comprobarlo si tienes tiempo? —
— … Ah, supongo que también han sido descuidados. De acuerdo, los buscaré en cuanto tenga tiempo. —
Los Guardianes de cada torre podían comunicarse entre sí, pero esa habilidad era inútil si algunos de ellos se estropeaban.
Como los anillos funcionaban con cualquier torre, al menos podría evitar las trampas, pero también tendría que lanzarse a la deriva…
En ese caso, significaba que Cayna tendría que patrullar regularmente las trece torres. A pesar de ser un asunto urgente, no era como si supiera dónde estaban todas y como no podía acceder al Mapa del Mundo, por ahora tendría que encontrar una zona densamente poblada y reunir información.
Esto probablemente vendría con su propio gran conjunto de problemas.
Torres muy visibles no serían un gran problema, pero no había forma de que pudiera buscar las que estaban enterradas bajo tierra. Además, el océano era igual de desafiante, pero por una razón diferente.
Después de todo, el continente de Leadale estaba rodeado de agua por el norte, el oeste y el sur. Si Cayna quería buscar lugares a los que el Anillo Guardián pudiera reaccionar, probablemente tendría que flotar sobre el mar durante horas y horas.
Cualquier método requería tiempo que simplemente no tenía.
Por el momento, apuntó al suroeste de la terraza y dio instrucciones al Guardián.
— Estaré en aquel pueblo por un tiempo, llámame si pasa algo. —
— Lo tengo. Muchas gracias, Maestra. —
Desde el centro del escenario, Cayna le dio la señal al Guardián, entonces, un pentagrama celeste y blanco apareció de repente, y comenzó a brillar bajo sus pies.
Antes de que se diera cuenta, Cayna estaba en el bosque que rodeaba la torre de plata.
Observó la torre durante un momento antes de girar sobre su talón y dirigirse en la dirección que había señalado antes.
— Hmm… Cielos… Debería haber puesto algo que me diera la opción de teletransportarme. —
Por lo menos, gracias al hechizo de Medición de Distancia que Cayna había lanzado antes de salir, pudo caminar en línea recta hasta el pueblo que estaba a más de cuarenta kilómetros de distancia.
Viajar a pie por la base de una montaña significaba sortear mucho y añadir bastante distancia y aunque caminaba por tierra plana, Cayna estaba un poco preocupada por si volvería a la posada a tiempo para la cena.
— Haaah... Vamos… Haaah… Hooo… —
Después de pensarlo mucho, finalmente decidió correr.
Aunque se especializaba en magia, era una oportunidad para que mostrara todas sus cualidades como elfa, aunque era una pena que nadie estuviera cerca para presenciarlo.
Usó una habilidad activa, llamada: “Acelerar el viaje” le permitia acelerad durante un minuto y también eligió las habilidades mágicas de agilidad y movimiento.
Cayna utilizaba esta habilidad una y otra vez mientras recorría el camino.
Como se encontraba en un bosque, el incremento que recibió de los árboles hizo el viaje más fácil de lo que hubiera sido en una llanura abierta. Pero incluso así, no estaba acostumbrada a correr, y el cielo estaba oscureciendo cuando apenas se acercaba a la aldea.
Había estado postrada en la cama en su vida anterior, y aunque todavía podía recordar la sensación de correr, hacerlo requería cierto esfuerzo.
Constantemente se caía sobre la nada y se tropezaba con sus propias piernas. Unas cuantas veces, casi se estrelló contra las ramas y los troncos de los árboles porque estaba ocupada mirando sus propios pies. La única razón por la que salió con vida fue porque los árboles se encargaron de advertirle de cualquier peligro inminente.
Si sus compañeros del gremio hubieran visto tal espectáculo, seguramente habrían dicho: "¿Qué eres, tonta?”.
También existía la opción de volar, pero como Cayna había proporcionado su MP al Guardian, tenía menos del 10 por ciento de su cifra habitual, incluso si lo intentaba, probablemente no duraría ni cinco minutos en el aire.
En cualquier caso, el pueblo estaba a sólo unos minutos a pie de la ruta principal, pero eso no tenía en cuenta las especificaciones atléticas de su cuerpo actual.
Sus estadísticas no eran el problema, pero con las especificaciones de carácter más débiles del juego, Cayna no era apta para correr a toda velocidad. Ni siquiera el bosque podía ayudarla.
En el camino de vuelta a la ruta principal, se tomó varios descansos y curó su fatiga en múltiples ocasiones.
Y ahí fue cuando ocurrió.
Apaciguando su garganta reseca con la cantimplora llena de agua que Lytt le prestó, Cayna respiró profundamente. “Mejor continuar”, pensó mientras se estiraba, sintiéndose como nueva, cuando de repente el fuerte gruñido de una bestia resonó cerca con un: "¡Graaaaaaaagh!"
— ¿Eh? ¿Qué? ¡¿De dónde viene?! —
— De la ruta principal, Cayna. — fue la respuesta monótona de Kee.
Temiendo ser atacada, Cayna había adoptado una extraña postura.
Angustiada, pronto se adelantó, temerosa de que alguien más estuviera en problemas.
Atravesó el bosque y se encontró con un cazador sentado en el camino principal.
Se trataba del aldeano al que Marelle había golpeado en la cabeza con una bandeja por hablar de más.
Un oso se alzaba ante él con sus patas traseras, listo para atacar.
Y aunque era un oso, medía alrededor de cuatro metros de altura y tenía cuernos retorcidos que se extendían hacia las comisuras de su boca. Este era un oso con cuernos.
Cuando Cayna jugaba en este mundo, los osos cornudos eran apodados "osos aburridos" …
Repentinamente, el oso cornudo se tornó rígido en cuanto vio a Cayna.
Esto fue gracias a sus habilidades activas, que inmediatamente la prepararon para una pelea.
La habilidad “Intimidar”, disminuye bruscamente la capacidad de escape del enemigo), “Deslumbrar” (ralentiza los movimientos del enemigo) y “Sonrisa de guerrero” (tiene un 22% de posibilidades de anular las defensas del enemigo); estas habilidades se habían activado automáticamente, y el pobre oso cornudo no tenía ningún sitio al cual correr.
En cualquier caso, Cayna no había pensado ni una sola vez en luchar con un arma cuando decidió lanzarse a la batalla, lo único que tenía en mente era que tenía que salvar a ese aldeano.
Con una salida a toda prisa, saltó en el aire para sacar al oso cornudo del camino.
Entonces, ejecutó una hermosa patada voladora justo en estomago del oso.
— ¡¡HYAAAA!! —
— ¡¿GWAGH?! —
En el momento en que realizó el impacto, una Habilidad de Armas llamada: “Carga” se activó automáticamente.
Cayna era increíblemente poderosa y de alto nivel a pesar de ser una de las razas más débiles, pero su patada dobló el enorme cuerpo del oso cornudo por la mitad y lo mandó a volar, para luego estrellarse en el bosque al lado de la ruta.
El feroz crujido de los árboles derribados se podía escuchar mientras el monstruo desaparecía en las profundidades del bosque.
No es de extrañar que el cazador se sumergiera en un sudor frío y quedar paralizado al ver la patada voladora de Cayna.
El silencio cayó momentáneamente sobre ellos.
Cayna reaccionó primero y corrió hacia el cazador.
— ¡¿Estás bien?! ¡¿No estás herido, verdad?! —
— S-Sí… Estoy bien. Vaya, señorita... Es usted bastante increíble, ¿verdad? —
— A-ah, um... ¡Sí! ¡Diez, no, veinte de esos osos no son nada para mí! ¡Ja, ja, ja! —
Dado que los monstruos de ese tipo no eran en absoluto una amenaza, no era una exageración.
Tal vez, dominado por la forma en que Cayna sacó su pecho y rió a carcajadas, el cazador se puso de pie y ofreció su agradecimiento.
— Gracias, señorita. Casi fui eliminado. Me encantaría darle algo como recompensa, pero me temo que no llevo nada encima. —
— No es necesario. ¿No es natural ayudar a los que están en problemas? —
— S-sí, es verdad… —
— Bueno, entonces, en lugar de una recompensa, estaría feliz si me llamaras “Cayna” en lugar de “señorita”. —
— Ya veo. Por supuesto. Me llamo Lottor. Gracias de nuevo, Srta. Cayna. —
— No hay problema, me alegro de que estés a salvo. —
Con un suspiro de alivio, Cayna se asomó al oscuro bosque que se había tragado al oso. Estaba segura de que la barra de vida del enemigo por la alta presión había pasado de amarillo a rojo y luego a cero en el momento en que su patada se conectó.
En otras palabras, había sido un KO de un solo golpe.
— ¿Qué debería hacer con el oso? —
Estaba segura de que había leído en la página web oficial que su carne era deliciosa.
Pensando que tal vez podría invitar a los aldeanos a un festín, Cayna se adentró en el bosque. De igual manera recordó que sus cuernos y piel también serían un buen material para las armas.
Lottor la siguió a toda prisa.
— Espera, ¿y si todavía está vivo? Luchar contra un oso en el bosque es pedir la muerte. —
— No te preocupes, está muerto. ¿Te importaría esperar un momento? —
Cayna lanzó un hechizo de Luz en una moneda de plata y se adentró en el bosque.
El oso cornudo había atravesado una línea recta de innumerables árboles y yacía muerto con sangre alrededor de su boca. Lo tomó por los cuernos y trató de levantarlo, sólo para darse cuenta de que era mucho más liviano de lo esperado, así, lo arrastró de vuelta a la ruta principal.
Lottor miró con asombro como la pequeña niña arrastraba con facilidad un oso con cuernos que era tres veces más grande que ella.
El sol se había ocultado completamente para cuando llegaron a la aldea, y una ansiosa Lytt se aferró a Cayna entre lágrimas, también dio un grito cuando vio al oso con cuernos, pero la presa gigante hizo que la emoción de los aldeanos se desbordara.
Cuando el anciano de la aldea lo declaró como una bendición del bosque y llamó a un banquete esa misma noche, la gente aplaudió y se puso a trabajar.
Mujeres casadas y solteras por igual se reunieron y comenzaron a diseccionarlo.
Los hombres, por su parte, sacaron las mesas y sillas de la posada, luego montaron una gran hoguera en la plaza central del pueblo.
Cayna había pensado que la posada era el lugar para grandes reuniones pero, después se dio cuenta de que esta plaza era en realidad bastante conveniente para tal ocasión.
Los pocos niños presentes también participaron y colocaron cubos de agua alrededor de la hoguera por si acaso.
Cayna no tenía mucho más que hacer, así que los ayudó.
Lottor se acercó entonces y preguntó qué debían hacer con los materiales del oso cornudo.
— Um, realmente no necesito nada. Por favor, úsenlos con los otros habitantes del pueblo. —
— Oh, no, no podemos hacer eso. ¿No fue usted la que lo eliminó, Srta. Cayna? Hay una piel, cuernos, colmillos y garras. —
La piel puede usarse como protección contra el frío o en una alfombra, los colmillos pueden usarse en lugar de las uñas, y las garras ya son adecuadas como pequeños cuchillos, pero, pensó por un momento y decidió tomar sólo los cuernos para poder hacer una lanza para principiantes o algo similar.
El resto se repartiría aparentemente entre los aldeanos.
Como Cayna era la invitada de honor, sólo podía mirar sin levantar un dedo hasta que todo estuviera listo, y entonces se le entregó un tarro lleno hasta el borde con vino de frutas.
— Adelante, Srta. Cayna. —
— ¿Perdón? —
Sin entender lo que estaba pasando, miró a los habitantes del pueblo.
Todos sonrieron como si hubiera hecho algo gracioso.
Negándose a quedarse al margen, Marelle explicó.
— Ya que eres la invitada de honor, adelante y toma la palabra. —
— Comprendo. — Cayna se dio cuenta.
Se trataba de un brindis.
Ella nunca había dado uno, en realidad, y sólo los conocía por la televisión y los libros.
Después de pensarlo un momento, gritó:
— ¡Por las nuevas amistades! —
Y levantó su jarra de cerveza.
Entonces, la multitud respondió con brillantes sonrisas, y el modesto banquete finalmente comenzó.
Las brochetas con carne de oso cornudo eran el plato principal, pero las mujeres también habían cubierto la mesa con otros platillos.
Uno podría haber pensado que podían seguir cocinando para siempre, pero una vez que una cierta cantidad fue puesta de una sola vez, eso daba a entender que sería aparentemente todo.
Después de que su trabajo estaba hecho, las mujeres se unían a la diversión con la bebida, la comida, el canto y el baile. Parecía que la fiesta terminaría cuando la ronda inicial de comida y bebida se acabara.
Cayna bebia lentamente el vino de frutas que le habían dado, ya que debido a que no había un amplio espectro de resistencia contra las enfermedades de estado, los jugadores como Cayna no solían beber. Sin embargo, se dio cuenta de que abstenerse sería una grosería en tal situación y decidió empujarse a sí misma.
Así, después del más pequeño sorbo de vino de fruta, los sentidos de Cayna pronto se volvieron gráciles.
¿Cómo era la intolerancia al alcohol en los elfos altos, aquella que se consideraban de la realeza entre la raza de los elfos? Nadie le había advertido, y nunca se había molestado en preguntar por sí misma.
A medida que la comida disminuía, la atención de los aldeanos se centró en ella.
Naturalmente, el cazador Lottor corrió la voz de su heroico valor, por lo que Cayna se sonrojó y se acurrucó sobre sí misma mientras escuchaba.
No sólo eso, sino que cuando los aldeanos terminaron de adularla, tomó la jarra que había estado usando para ocultar su vergüenza y comenzó a beber con gusto.
Su conciencia, tan lejana y ligeramente emocionada, fue rápidamente abatida. Por lo que su repentina y tonta expresión asombró a los aldeanos.
— Supongo que Cayna era un peso ligero. —
— ¿Crees que se excedió demasiado? —
— Parecía ser mayor de edad, pero… ¿Es posible que sea más joven de lo que pensaba? —
Naturalmente, una fiesta se considera terminada cuando el invitado principal se derrumba.
Así, los aldeanos comenzaron a limpiar alegremente.
Y Cayna, que se había quedado dormida antes del final del banquete, fue llevada a su habitación a espaldas de Marelle.
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