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Foto del escritorLunae

Prólogo

Actualizado: 6 sept 2021



… Bueno, estoy atónita … —


Sintiéndose febril, Keina Kagami se regocijó junto a la ventana.


No era cuestión de quedarse en la bañera demasiado tiempo, sino más bien el resultado de la sabiduría obtenida a través de una larga, confusa y auto-impulsada sesión de lluvia de ideas.


Las esponjosas nubes se desplazaban por el cielo azul ante ella, fue realmente un día maravilloso.


Bajo ese cielo azul, un bosque se extendía por la falda de una larga cadena montañosa, y mientras miraba más abajo, podía ver una docena de casas de madera en fila. Tal visión era inaudita en el mundo del siglo XX que conocía, y parecía bastante grosero cuestionar si la ciudad era pacífica o si se encontraba en decadencia.

Incluso para alguien como ella, que formaba parte de ese mismo paisaje, no podía evitar reírse.


Intentando entender la situación en la que se encontraba, la chica pensó en aquella­­ mañana en esa habitación llana e iluminada por el sol donde comenzó este reciente desastre.



⚝ ⚝ ⚝



¡Señoriiitaaa, es de mañana! —


Keina abrió débilmente los ojos ante la luz brillante que entraba de repente y la joven voz ceceante.


Miró fijamente el borroso panorama de un techo de madera con vetas, deslizando su mirada hacia la derecha, pudo ver una ventana cerrada. A su izquierda y más allá de la extensión de las sábanas blancas, la mitad superior de una joven la saludaba con una gran sonrisa y un alegre "¡Buenos días!".


Yaaaawn… Bueen… ¿Di-a? —


¡Hee-hee! ¡Hora de levantarse, señorita! — respondió la joven, con una deslumbrante sonrisa.


La somnolencia comenzó a disminuir naturalmente.


Keina estiró su torso y se bañó con la luz de la mañana como si tratara de empaparse completamente, luego se miró a sí misma e inmediatamente se congeló, por lo que la joven que estaba de pie junto a la cama inclinó su cabeza ante la extraña rigidez de Keina.


Luz de la mañana… Y, ¿una habitación de madera? —


Apenas el día anterior, o recientemente, siempre se había quedado dormida en esa habitación de paredes blancas del hospital de la cual estaba completamente harta.


Pero incluso más que eso, Keina estaba anonadada por el hecho de que alguien que no podía mantenerse despierta por sí misma se levantaba y se estiraba.


Ya fueran segundos o minutos, el shock no duró mucho, entonces, la mirada de Keina se tornó abatida, y sintió la mirada de la chica que había venido a darle un aviso.


¿Está bien, señorita? — La niña dijo, con un semblante que la hacía ver realmente preocupada.


Keina consideró cómo podría disipar la tristeza en los oscuros ojos de la pequeña.


Dejando a un lado sus propias preocupaciones, abrió una caja de artículos y torpemente sacó un caramelo, que le devolvería una pequeña cantidad de MP.


Después, lo colocó en la palma de su mano y se lo mostró a la niña, como solía hacer la enfermera de cabecera con ella cuando era pequeña, ya que siempre se encontraba llorando.


Keina sonrió y le dio el caramelo a la niña.


¡Gracias, señorita! —


De nada. — Respondió, con una clara sonrisa y el rostro ligeramente sonrojado.


Al levantarse de la cama, Keina le dio unas palmaditas en la cabeza a la chica.


La joven mucama colocó el caramelo en el bolsillo de su bata suelta.


Despojó a Keina de sus sábanas y mantas, las dobló limpiamente y salió de la habitación con el corazón contento, sin embargo, se aseguró de recordarle:


El desayuno está listo, así que dese prisa en bajar, ¿de acuerdo? —


La lógica la instó a no sumergirse demasiado en esa cálida atmósfera, y Keina meditó sobre lo que acababa de pasar.


… ¿Abrir la caja de artículos? —


Tan pronto como se le ocurrió, apareció una ventana translúcida en el lado derecho de su campo de visión. Entonces, quince cajas más pequeñas aparecieron a la vez y mientras usaba la barra de desplazamiento en la esquina superior derecha para desplazarse hacia abajo, aparecieron un gran número de artículos.


De ninguna… manera… —


Se pellizcó la mejilla.


... ¡Ouch! De acuerdo, no hay duda de que esto es real. —


Habiendo empleado una técnica clásica para comprobar la realidad, comprobó que la situación a la que se enfrentaba no era un sueño.


No había más opción que aceptarla.


Como había pensado que podría tratarse de un sueño, abrió la pestaña de Habilidades Mágicas situada al lado de la Ventana de Objetos.


Keina palideció cuando vio algo llamado: "Gotas de Sueño" - Pesadilla desplegada.


¿No era ese juego en línea al que acababa de jugar? ¿Leadale?


El hecho de que pudiera moverse y sentir dolor le demostró que todo era demasiado real.


No puedes luchar con el estómago vacío. —


Keina, o mejor dicho, Cayna decidió que se ocuparía de su problema después del desayuno, así, bajó tímidamente las empinadas y crujientes escaleras, luego se dirigió al comedor de la taberna.


Ahí, encontró a la chica de antes y a una mujer regordeta de mediana edad que suponía era la propietaria.


Dentro del comedor se hallaba una mesa redonda con un juego de ocho sillas de cuatro patas, también había un mostrador con cuatro asientos que daba a la cocina.


Seguramente era difícil atravesar la multitud cuando el lugar estaba lleno, sin embargo, en ese momento, sólo había dos hombres de apariencia campesina sentados en la taberna tomando su desayuno que consistía de sopa y pan.


Adelante, señorita, tome asiento, o de lo contrario, su sopa pronto se enfriará. — Instó la propietaria.


S-sí, señora. —


Cayna deliberó por un momento sobre dónde debería sentarse antes de tomar un lugar en la barra.


El pan y la sopa pronto se colocaron en un tazón de madera ante ella, luego, la niña de la primera vez le dio un vaso de madera con agua, completando así el desayuno.


Ya había varias cosas que Cayna encontraba extrañas en este mundo online y las repasó cuando empezó a investigar.


Ahora que lo pienso… ¿Cuántos años han pasado desde la última vez que me alimenté? —




Troceó el panecillo ligeramente rancio y lo sumergió en la sopa como un guiso mientras comía.


Después de vivir sin sentido del gusto durante tanto tiempo, no pudo evitar vocalizar sus sentimientos.


… Es delicioso… —


Bueno, señorita, ¿no es usted la más dulce? —


La cara malhumorada de la propietaria se iluminó inmediatamente, apoyó el codo sobre el mostrador y comenzó a charlar amistosamente.


Si es tan bueno que puede poner una sonrisa como esa en su cara, ¿qué clase de comida asquerosa ha estado comiendo hasta ahora? —


¿Eh…? —


Aparentemente Cayna había mostrado una gran sonrisa y no se dio cuenta hasta que se lo hicieron notar.


Pensando en su dieta habitual hasta ese momento, las únicas cosas que había ingerido eran agua y pastillas, más un goteo intravenoso. Al recordar su vida después del accidente, sintió un gran vacío sobre la buena cocina que se había perdido.


Um, digamos… No había mucho que quisiera comer… —


Vaya, esa es una historia triste. Ya que, sin buena comida, ¡sólo estás a mitad de camino de vivir! Así que, esto va por mi cuenta, toma el tiempo que quieras. —


Ah, lo haré. Muchas gracias. —


La mujer le dio una palmadita en el hombro a Cayna, mientras su mejilla se movia mientras miraba el guiso que ahora estaba casi lleno hasta el borde.


Me pregunto si podré comer todo esto… —


Pensó que sería demasiado para su estómago, pero el tentador aroma por sí solo parecía darle la fuerza para superar sus límites, por lo que se dio cuenta de que estaba mucho más hambrienta y sin querer se atiborró.


Mientras reposaba su estómago lleno con un vaso de agua, Cayna inspeccionó el primer piso de la posada.


No había duda de que este pueblo estaba situado en la frontera entre el Reino Blanco de Felstes y el Reino Verde de Gruskeilo. Aunque remota, la posición de la región como ruta comercial clave debería haber mantenido las tierras fronterizas prósperas. El escenario mundial probablemente incluía muchas posadas y carruajes para justificar el constante flujo de mercaderes.


Entonces, ¿por qué este lugar tuvo tan mala suerte?


La última vez que se desconectó, recordó haber visto varios NPC y escuchado una animada banda sonora de fondo que daba a la posada una atmósfera animada.


Otra gran diferencia con el juego es que los NPC, que normalmente sólo podían decir su diálogo, le respondían con verdadera emoción. En este punto, ya ni siquiera se les podía llamar de esa manera.


Fue entonces cuando se dio cuenta de que este mundo era tanto un juego como no.


La verdadera pregunta para ella era: ¿Cuánto tiempo se puede vivir en este mundo?


Habiendo llegado a esta conclusión, decidió investigar tanto como pudiera.


Primero, desplegó su ventana de objetos y comprobó cuánto dinero tenía a mano y justo después de ver un número de diez cifras, sacó veinte giles, que era la moneda del juego.


Con la intención de averiguar si las veinte piezas de plata serían aceptadas, Cayna las presentó a la dueña.


Um, disculpe… —


¿Hmm? ¿Qué pasa? —


Me gustaría quedarme aquí por un tiempo. ¿Puedo usar esto? —


Las monedas de plata, cada una de ellas tallada con algún tipo de diseño floral en la parte frontal y posterior, tintinearon cuando las colocó en el mostrador.


El dinero no tenía más que valor numérico en el juego, pero ella pensó que en realidad se veían muy bonitas.


¡¿Qué?! —


Esta reacción provino tanto de la dueña como de la niña, cuyos ojos se agrandaron mientras miraba las monedas.


La mujer tomó tímidamente una y le dio vuelta en la palma de su mano, examinándola de cerca, después la devolvió con un suspiro.


Puede usarlas si quiere, señorita, pero no haga alarde de sus bolsillos profundos, ¿de acuerdo? —


... ¿Perdón? ¿"Bolsillos profundos"? ¿Esto? Eso es ridículo. —


Ir a una tienda y vender una píldora que aumenta tu poder de ataque durante 30 minutos puede hacerte ganar unos 40 giles, e incluso una pala cuesta menos de 10 giles. Sin embargo, el plan de Cayna de tomar estos números y aproximarse mentalmente al costo de una noche de estancia le había salido completamente mal.


Cuando la propietaria dijo que cuatro monedas eran suficientes para diez noches, fue cuando se dio cuenta de lo mucho que debía reevaluar sus conocimientos financieros. No obstante, estaba más que aliviada de que la primera persona que encontró en este mundo había sido un respetable NPC como la propietaria.


No había fin a las preguntas que rondaban por su mente, pero su mayor prioridad en ese momento era descubrir por qué el pueblo había caído en decadencia.


Siento que este pueblo solía ser más animado, ¿no…? —


Han pasado unas cuatro generaciones desde que tuvimos un negocio como ese. Desde que se estableció la nación de Felskeilo, ya nadie nos necesita.


… ¿Buh? —


El cerebro de Cayna entró en cortocircuito en cuanto escuchó aquel nombre completamente extraño, pues sonaba como una mezcla entre los nombres de los Reinos Blanco y Verde, por lo que se encontró una vez más preguntándose desconcertada:


¿Eh? ¿No estoy dentro del juego? —


La propietaria había dejado a la Cayna perdida en el aire y siguió adelante.


Dicen que hace doscientos años, siete naciones hicieron guerra constantemente entre sí y provocaron disturbios en todas partes. Los dioses estaban tan enojados por su antiestética lucha que eligieron líderes entre la humanidad para liderar a la gente. Estas personas trabajaron duro para unir al mundo en tres países, y ahora aquí estamos. —


Uno de los granjeros que se había quedado incluso después de terminar el desayuno interrumpió a la dueña sobre su improvisada lección de historia.


¡Deja de decirle a la señorita aventurera lo que ya sabe! —


¡Cierra la boca! ¡Todos ustedes vuelvan a los campos! — gritó.


Los granjeros se levantaron y dejaron rápidamente la posada.


Cayna era ahora la única cliente y la información obtenida en el lugar la hundió más profundo en sus pensamientos.


¿No son esas siete naciones parte del mundo de Leadale VRMMORG que estaba jugando ayer?


No había clases fijas como soldado, sacerdote o mago; en cambio, ella había adquirido cuatro mil habilidades diferentes.


El juego tenía un alto nivel de libertad que permitía jugar como un avatar cuya raza, equipo y habilidades eran completamente personalizadas según las especificaciones, pero esa libertad le valió la burla de los internautas que sarcásticamente se refirieron al juego como una especie de salvaje oeste.


También había un evento de batalla a gran escala el cual se celebraba cada mes en donde se decidía la ganancia o pérdida de territorio entre las siete naciones, y cada jugador se volvía loco por ello; y cuando una nación tomaba un cierto dominio, se le concedían objetos especiales de edición limitada.


A pesar de que tanta gente se conectaba el día antes para discutir una estrategia detallada, al punto de que el servidor colapsaba, también era muy divertido ver cómo los países que no podían conectarse hasta el día del Evento terminaban en el polvo.


Escuchar que esas siete naciones, Blanca, Verde, Roja, Azul, Marrón, Negra y Púrpura habían existido hace dos siglos hizo añicos el entendimiento de Cayna sobre la realidad.


¿Cómo se suponía que iba a vivir en un juego al que solía jugar ahora que habían pasado doscientos años?


La ansiedad se cernía sobre ella a medida que sus perspectivas se volvían cada vez más sombrías.


Primero, era imprescindible que se familiarizara con este mundo, ya que no había duda en que la lista de cosas las cuales necesitaba aprender para encontrar su lugar se hacía cada vez más larga.


Cierta persona se reiría en su cara si se congelara por los nervios.


Cuando aquel rostro despreciable que se alegraba por la miseria de los demás le vino a la mente, no pudo evitar sentir que un poco de inquietud.


… En cualquier caso, si está hablando de tales tiempos en el pasado, supongo que ya ha estado aquí antes. —


¿Eh? Um, bueno… —


Cayna sabía que sería completamente tonto decir que ayer mismo había cerrado la sesión, así que se mostró reservada.


Usted es un elfo, ¿verdad, señorita? — preguntó la propietaria.


Ah, sí, lo soy — respondió Cayna.


Su cuerpo actual era el de su avatar de juego.


Antes de salir de su habitación esa mañana, había usado su Espejo de la Verdad, -un objeto distribuido durante ciertos eventos- para comprobarlo. Como su nombre indica, un Espejo de la Verdad mostraba su verdadera forma, y no tenía otras funciones.


Cuando lo miró fijamente con nerviosismo, esperaba ver a la demacrada chica que había estado acostada en una cama de hospital, pero al ver su avatar reflejado en ella, Cayna se sintió abrumada momentáneamente.


Cuando haló su flequillo, los filamentos brillaban con un tenue tono dorado, su cabello llegaba hasta los hombros, tenía ojos azules profundos y, por supuesto, orejas puntiagudas que sobresalían por los costados de su cabeza. Estas orejas eran la prueba de que ella era de una raza de semi-humanos de larga vida.


Cayna había elegido la raza de los elfos altos, que, a diferencia de los elfos normales, se especializaban en luchar desde la línea de fondo. Se decidió por esto simplemente porque los elfos altos tenían las estadísticas más altas posibles de INT (inteligencia) y MP (puntos de magia).


Aunque cada raza tenía sus propios movimientos de batalla básicos, una vez que algunos usuarios consideraban que uno en particular era “el más lamentable", nadie lo escogía.


Los elfos altos como Cayna se estaban hundiendo en la popularidad últimamente, y era bastante común escuchar a los aficionados formar equipos sólo de elfos altos.


Sí, vine aquí sólo una vez en su apogeo… — afirmó Cayna.


Ella respondió honestamente, ya que pensó que no había razón para ocultarlo.


La propietaria entonces sonrió.


Ya veo. Así que, señorita, ya sabe cómo era el pueblo en aquellos tiempos. Pensar que un cliente habitual volvería a nuestra posada después de todos estos años, me calienta el corazón. —


Cayna sonrió torpemente y dejó que la mujer asumiera que visitaría la posada a menudo.


Oh, claro, soy Marelle, y ella es Lytt. Relájate y disfruta de tu estancia. —


Gracias, lo aprecio. Mi nombre es Kei… Cayna. — Ajustando su postura se presentó haciendo una reverencia.


¡Deja de ser tan formal! — Marelle respondió, golpeándola en la espalda.




Eso hizo a Cayna un poco feliz.


Tan pronto como Cayna se disculpó y regresó a su habitación, rápidamente comenzó a revisarse a sí misma y todo lo que llevaba encima.


Cuando abrió la pantalla de estadísticas, se podía leer la información inicial:




En World of Leadale, podrías superar el nivel máximo de 1,000 por otros cien niveles completando una búsqueda especial.


Esta búsqueda que rompía los niveles era respecto a una bestia peligrosa, y la mayoría de la gente consideraba el evento como un mal necesario, tanto que incluso el propio gremio de Cayna había reclutado a miembros, así como no miembros por igual para llevarla a cabo y fracasó en innumerables ocasiones.


Finalmente, un enorme grupo cuatripartito de veinticuatro personas se las arregló para eliminarlo. Algunos incluso habían llorado legítimamente, lo que proporcionó una buena imagen del sadismo de los creadores de la búsqueda.


Cuando finalmente tuvieron éxito, cada miembro del partido gritó: "¡Que los jodan, administradores!


Después de eso, no surgieron rumores o información de que alguien más hubiera vencido la búsqueda, por lo tanto, esos miembros eran esencialmente los más fuertes del juego


Los méritos para un elfo alto eran un 10 por ciento en bonificaciones de batalla y habilidad cuando estaba rodeado de naturaleza y utilizaba la habilidad: Ojos de Águila.


Los inconvenientes se encontraban en las habilidades artesanales, ya que era imposible cultivar los ingredientes vegetales necesarios por sí mismos.


Cayna a menudo los reunía preguntando a los miembros del gremio disponibles o comprándolos a los vendedores.


El título de: “Maestro de Habilidades”, fue un honor que se concedió a aquellos que dominaban 1,500 Habilidades Mágicas y 2,500 Habilidades Artesanales para igualar 4,000 habilidades totales, y pese a que los creadores habían agregado más, a Cayna se le había otorgado el título de Tercera Maestra de Habilidades, ya que era la tercera de catorce personas que dominaban todas las habilidades.


Ese título era la razón por la que prefería entrar y salir de esta remota región a su antojo sin aventurarse en otros territorios. Junto con el honor y el título vino la habilidad número 4,001 obtenida automáticamente, llamada: “Creación de Pergaminos.”


Con esta habilidad, los Maestros de Habilidades como Cayna podían registrar las habilidades que poseían en un pergamino, facilitando que otros jugadores las obtuvieran sin embarcarse en molestas misiones, pero era ahí donde residía el problema.


Siempre que se encontraba con los jugadores cara a cara, y éstos le exigían constantemente "dame esto" o "dame aquello", sin embargo, los Maestros de Habilidades se hartaron de la situación y presentaron una petición a los Administradores para hacer algo al respecto.


Los administradores trataron de lidiar con ello, pero ocurrió un incidente en el proceso, en donde una persona terminó teniendo una crisis nerviosa y abandonó el juego por completo.


Al final, su solución fue hacer que los Maestros en Habilidades tomaran parte de las misiones de transferencia de habilidades normalmente manejadas por los NPCs y a cada Maestro de Habilidades se le asignó un lugar de su elección.


El objetivo de estas misiones de transferencia de habilidades, era llegar a la cima de cada lugar.


La nueva regla que establecía que cualquiera que tuviera éxito en estas difíciles misiones podía tener cualquier habilidad que quisiera, pero esto se extendió por todo el juego como un incendio forestal.


Las ubicaciones de los Maestros de Habilidades diferían enormemente y atormentaban a los jugadores sin fin.


Algunos de ellos eran, un hermoso edificio lleno de trampas letales a intervalos aleatorios.


Una fortaleza submarina conocida como el Palacio del Rey Dragón que era inalcanzable sin magia que permitiera respirar bajo el agua y, por supuesto, estaban los monstruos marinos que habitaban las profundidades.


También un castillo en el cielo, el cual estaba completamente oculto a menos que se usara el Vuelo y el Ojo de Águila simultáneamente.


La entrada a un templo cuya ubicación cambiaba cada día, e incluso después de que finalmente se lograra ubicar con precisión en toda la cordillera donde se encontraba, el interior resultaba ser una enorme mazmorra.


La mitad de estas misiones eran demasiado frustrantes para ser divertidas.


Todo eso era una clara manifestación de cuánto resentimiento albergaban los Maestros de la Habilidad después de tener que lidiar con las actitudes despiadadas de los otros jugadores.


Con esto en mente, Cayna eligió diligentemente una torre de plata en medio de un vasto bosque como su base. Si el objetivo era llegar a la cima de la torre, era ciertamente factible, sin embargo, se necesitaban veinticuatro horas en tiempo real para lograrlo.


Era importante notar que las largas escaleras no coincidían con la altura del exterior de la torre, por lo que los jugadores comenzaban inmediatamente a rodear toda la torre como si fuera una broca, pero como la velocidad se ajustaba a su ritmo establecido, correr no hacía que el viaje fuera más corto.


Si se detenían en cualquier punto antes de llegar a la cima, regresaban instantáneamente al punto de partida fuera del bosque. Esto se consideraba un truco relativamente fácil comparado con algunos de los trucos empleados por los otros maestros de habilidades como Cayna.


Los propietarios de cada lugar tenían anillos y contraseñas que les permitían acceder directamente a sus regiones más centrales, así que ir y venir no era un problema.


Así, Cayna se dijo a sí misma que tendría que visitar la suya más tarde y pasó a inspeccionar sus artículos y equipos.


Actualmente, llevaba una túnica de alto nivel del Rey de las Hadas que sólo los elfos altos podían equipar.


Incluso dentro de todo el juego, ella era probablemente la única que podía usarla.


También portaba unas mallas que se veían hasta las rodillas y unas robustas botas, ambas eran piezas de tesoro imbuidas con varios refuerzos de estado.


En su brazo izquierdo portaba una protección para el antebrazo a la que podía adherir un arco con una llave de mando; gastando MP, podía convertir las flechas normales en mágicas. En su lado derecho, llevaba una cinta para la cabeza con una pluma, esto la hacía automáticamente invisible cuando se enfrentaba a una amenaza externa, aunque de igual manera le costaba MP.


Su arma era una daga de relámpago que se mostraba en la parte superior de la pantalla de objetos. Un arma óptima que paralizaba al enemigo después de sólo unos pocos segundos tras el golpe.


Para ser honesta, estoy demasiado bien equipada aquí… —


La estrategia básica de batalla decía que no necesitaba estar tan armada cuando podía volarlo todo con magia, pero ahora que había perdido a todos los de su gremio repentinamente, ya no podía ser tan descuidada.


Incluso si su raza no era tan adecuada para una posición de vanguardia como los elfos normales, podía formar un grupo con jugadores de bajo nivel y actuar como un buen tanque.


Todo lo que quedaba era consultar la caja de herramientas de su torre y decidir qué se quedaba.


… ¡Oh! —


De repente, Cayna se dio cuenta de que había olvidado por completo su IA de apoyo.


Su tío lo creó especialmente para ella cuando se volvió difícil para ella moverse por sí misma en la vida real.


Se trataba de una IA de asistencia que la ayudaba con las tareas diarias, aunque estuviera postrada en la cama. Conectado a la cama del hospital, "él" era una construcción extraordinaria que podía actuar por su propia voluntad y hacer todo, desde subir y bajar el respaldo de la cama hasta llamar a una enfermera en una emergencia. Incluso podía ayudarla con las órdenes del juego, llevar registros detallados, detectar las picaduras y hacer saber a Cayna si tenía visitas cuando estaba durmiendo o siendo examinada.


Él había estado con ella más tiempo que cualquier compañero de juego, y ella lo consideraba una especie de acompañante. Solía gritar nerviosa, insegura de lo que haría si él no respondía.


… Kee, ¿estás ahí? —


Sí, estoy aquí. —


Su corazón se alivió cuando Kee, cuyo nombre provenía de un gato que su madre una vez había recibido, respondió.


Kee habló en un tono conciso y robótico, sin ningún tipo de afectación.


Tiene dos asuntos urgentes. —


Me lo imaginaba. ¿Qué es lo que ocurre? —


Primero: Se ha desconectado del sistema del hospital. Segundo: Se ha desconectado del sistema principal de Leadale. —


Ya veo… Gracias. —


De alguna manera ya había adivinado que ese lugar era parte del juego y no.


La pregunta era por qué se encontraba ahí para empezar.


Incluso en el último día o anteriores, no había escuchado nada sobre el fin del servicio de Leadale.


No importaba si se encontraba lejos de la capital real o de tus amigos; si había información importante o un gran evento que se acercaba, cualquier jugador conectado se enteraría por los administradores, su gremio, e incluso por sus amigos.


Cayna pensó en su más reciente recuerdo.


Su asistente de IA le había informado que su tío y un primo habían acudido a verla, por lo que debía haber salido del sistema.


Habló con ellos por un corto tiempo, y luego volvió a conectarse. El cansancio se apoderó de ella rápidamente, y se fue a la cama sin cerrar la sesión. Su último recuerdo fue el de poner su estado en "Ausente."


Lo que haya pasado entre aquel momento y cuando despertó debe haberla llevado a este punto.


Hmm… Kee, ¿pasó algo extraño anoche? —


Sí, ocurrió una cosa. —


¡¿Ocurrió?! —


Ya que su acompañante no podía determinar si se trataba de una emergencia, debió desconocer si debía reportarlo.


Después de retirarse a la cama, la energía se interrumpió durante aproximadamente dos segundos, fue entonces cuando ocurrieron los dos incidentes anteriores. —


¿Se interrumpió? —


Estoy ochenta por ciento seguro de que se trató de un apagón. —


Oh, claro, un apagón. Vale… ¡¿Espera, un apagón?! —


La gravedad de su extraña situación se hizo evidente, y entonces pudo fácilmente suponer lo que había pasado.


Esta conclusión precipitada le robó toda esperanza.


¿Cayna…? —


El cuerpo de Keina Kagami estaba tan débil que no podía sobrevivir sin un sistema de asistencia vital.


Ella misma lo sabía, y los médicos también le habían advertido. Si era interrumpida por alguna fuente externa, ya fuera por un rayo o por cualquier otra cosa, los generadores de emergencia tardaban unos dos segundos en reabastecer el equipo del hospital.


En ese tiempo, sólo su espíritu había escapado de la realidad y huyó a este mundo.


En otras palabras, el cuerpo de Keina Kagami había muerto. ­­





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